sábado, noviembre 30, 1996

Central Autónoma de Trabajadores (CAT):

“Luchamos por transformar la cultura que hoy domina en Chile”

La Central Autónoma de Trabajadores (CAT) se constituyó en noviembre del año pasado, con una adhesión, según sus dirigentes, de más de 100 mil trabajadores. Continuadora de las organizaciones que han aglutinado al movimiento de trabajadores humanistas cristianos, está afiliada a la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), y, por su intermedio, a la Central Mundial de Trabajadores (CMT), entidades de igual orientación.


Por Cristian Sotomayor
El movimiento de trabajadores humanistas cristianos tiene una basta trayectoria en nuestro país: primero fue la Asich (Acción Sindical Chilena), luego, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), a continuación, el Consejo Coordinador de Trabajadores (CCT) y, ahora, la Central Autónoma de Trabajadores (CAT). Ésta se presenta a sí misma como una alternativa respecto de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la que, según el nuevo conglomerado, habría perdido su autonomía frente al gobierno y a los partidos políticos.
Entrevistamos a Gladys Ramírez y Enrique Aravena, secretaria y sub secretario general, respectivamente, sobre los orígenes y propuestas de esta nueva organización del mundo sindical.

-¿Cómo surgió la Central Autónoma de Trabajadores?

-A través de un proceso bastante largo y complejo -indicó Gladys Ramírez-. Partimos en 1993, pensando en cómo resolver el problema de la debilidad del movimiento sindical. Hubo una serie de reuniones con los dirigentes del Consejo Coordinador de Trabajadores (CCT), que fueron analizando la realidad nacional en el ámbito sindical. Nos dimos cuenta de que aquí había un gran vacío, un gran problema: el hecho que la única central de trabajadores chilena, la CUT, tuviera solamente afiliado al 40% de los trabajadores sindicalizados (que son el 13% de la fuerza laboral).
El CCT tiene sus raíces en el FUT, Frente Unitario de Trabajadores, y el FUT tiene, a su vez, sus raíces en la Asich (organización auspiciada por el Padre Hurtado), un movimiento de trabajadores humanistas cristianos. El CCT operó fundamentalmente entre fines de la dictadura y en los primeros seis años de gobierno concertacionista, como una corriente dentro de la CUT.
La CAT nace de la debilidad del movimiento sindical y, a la vez, como una exigencia de sus miembros. Tenemos alrededor de 100 mil trabajadores afiliados, que necesitaban un referente más activo, más luchador. El CCT todavía estaba coordinando la lucha de estos sectores de trabajadores, pero, como un referente representativo, le faltaba un poco de fuerza.
La gota que derramó el vaso fue la afiliación de la CUT a la CIOSL (Confederación Internacional de Organismos Sindicales Libres), puesto que encasillaba a la central en una determinada línea (reformista y moderada). En ese sentido, los trabajadores fuimos analizando; tuvimos una reunión primero en Mendoza, donde discutimos sobre la necesidad y los problemas que podría significar crear una nueva central.
Después de esta reunión, se planteó en un congreso en Cartagena, en septiembre de 1994, y allí los trabajadores acordaron, por un 70% aproximadamente, formar la Central Autónoma de Trabajadores. Y después empezó una serie de sesiones de trabajo para organizar el congreso constituyente, que se realizó entre los días 14 y 17 de noviembre de 1995.
Esta central nació bajo el principio de que es independiente de partidos políticos y de gobiernos. Nuestras raíces están en el humanismo cristiano, y esa es la base fundamental de nuestra central-.

-¿Qué les parecen las acusaciones de la CUT, de divisionismo en el movimiento laboral?

-Aquí en Chile existe, en el movimiento de trabajadores organizados, una tradición histórica de la unidad, pero la unidad depende de cómo la entendamos. Puede ser en función de objetivos, de una lucha, de fines, de metas, de propósitos. Pero, aquí se había entendido la unidad como en función de tener una sola agrupación, y eso no representaba realmente a todos los sectores de los trabajadores organizados. Y también está el desafío de agrupar a los miles de trabajadores que se sienten todavía atemorizados.
Nosotros, como alternativa, pretendemos fortalecer al movimiento sindical, buscamos ir más allá de una pelea reivindicativa; lo nuestro es una lucha por transformar la cultura que existe actualmente en nuestro país, la cual ha sido traída por el modelo socio económico neo liberal, que no es nuestra. Queremos rescatar nuestras tradiciones, y hacer un sindicalismo propio, autónomo, basado en valores y principios humanistas cristianos-.

¿Sindicalista o consejero de partido?

-¿Qué los hace ser a ustedes una alternativa de referencia para los trabajadores?

-Hay como dos o tres ideas fuerzas –contestó Enrique Aravena- que marcan la diferencia. La primera, hubo un diagnóstico de la realidad nacional, la problemática de los trabajadores, la legislación laboral, la política económica del gobierno, del movimiento que ha generado la Central Unitaria. Un diagnóstico de temas tan puntuales, como fue el Acuerdo Marco con los empresarios, cuando se recuperó la democracia en nuestro país, que marca un poco esta política del dejar hacer, y dentro del esquema, ver lo posible que hay para hacer cambios que beneficien a los trabajadores. Cuando se creó el FUT o la Coordinadora Nacional Sindical, antes de llegar al establecimiento de la CUT, hasta ese minuto eran los trabajadores quienes dirigían y elegían a sus dirigentes, sus representantes. Hasta ahí estábamos todos unidos y valía la pena mantener el esfuerzo por la Central Unitaria. ¿Cuándo encaja, entonces el tema de la autonomía? Encaja, por ejemplo, cuando vemos que hoy día ya los partidos más importantes, tanto el PDC, como la alianza PPD-PS y el PC han designado quienes son los dirigentes y los representantes de la CUT; ahí te planteas la otra diferencia. La diferencia está en que esta central (la CAT) fue generada de las propias organizaciones que la conducen. Es más, se definió, en su congreso constituyente, que no más de un dirigente por cada organización se postulaba al evento. Qué significa eso, significa el respeto a las minorías, de esas mayorías que eventualmente pudieran haber ostentado el poder de esta central. Me explico, por ejemplo, mi sindicato, yo provengo del Banco Santander, no tenemos más de 300 socios, y aquí hay organizaciones como la del sector de los paramédicos, que tienen más de ocho mil afiliados, como la Anfup (funcionarios de Gendarmería) de donde proviene Gladys, que tiene como cinco mil… y cada una llevó un solo representante al congreso, para darle este marco de representatividad.
Cuando tú generas, a partir de las propias organizaciones, los líderes, eso no significa que ellos no tengan una militancia política, la diferencia está en que aquí en la CAT ni el PDC ni el PPD-PS ni el PC -partidos como cúpula-, van a definir quienes van a ser los que van a conducir esta organización; ese es el concepto que nosotros queremos darle. Por qué esto, porque, definitivamente, los dirigentes, por ejemplo, de la CUT, los que tienen la conducción de la CUT, son todos consejeros dentro de los propios partidos políticos. Piensa tú en lo siguiente: si dentro de la organización máxima de los trabajadores, la CUT, ponte tú que hayan diez demócrata cristianos, por decir una cifra. Esos diez forman parte de un consejo del PDC de más de 40 o 50 personas, y si tú tocas temas de actualidad nacional, temas que vienen a afectar al conjunto de los trabajadores, tu voto es uno, como representante dentro del partido, es uno más, no vale por los 100, 300 o 700 mil trabajadores que se están representando a través de ti. Entonces, no has definido tu rol, y cuál es, el de dirigente sindical o el de ser consejero del partido político, tal o cual, no importa. Entonces, eso te hace ser más representativo frente a la base. Es como fue el origen del movimiento obrero en Chile, de los tiempos de Recabarren, de Clotario Blest, que son la historia del movimiento sindical, y ellos la tenían muy clara.
Como definición política, somos contrarios absolutamente al modelo neoliberal. No le vamos a hacer ni cosquillas al modelo como central solos, sino que en la medida que generemos credibilidad, que generemos proyectos claros y concretos, alternativas de solución, ayudados en este ámbito por universidades o centros de estudios. Queremos mutuamente avanzar en este cambio de la sociedad; tal vez no lo vamos a lograr en tres o cuatro años, pero tenemos que empezar ahora, y va a depender del cambio de cultura de la gente. Hoy día no hay educación cívica, no hay un canal de comunicaciones para el pueblo, para el trabajador chileno. Al chileno hoy día le da lo mismo votar por quien o por cualquiera, porque dice: al final yo tengo que trabajar, porque si no trabajo no como, y si no como, no vivo. No hay una orientación que efectivamente lleve y abanderice los cambios.-

-Otra diferencia que tiene nuestra central, -agregó Gladys Ramírez- es que somos abiertos, o sea, abiertos a distintas organizaciones; no solamente tenemos sindicatos, y asociaciones del sector público. Tenemos también movimiento poblacional, tenemos las agrupaciones de pensionados, y estamos abiertos a todo tipo de organización que esté de acuerdo con nuestra propuesta; que desee provocar transformaciones en este modelo socio económico y cultural en que hoy día estamos insertos. En esa medida, queremos ser un poco orientadores de la política del gobierno; no queremos estar ni en contra ni a favor del gobierno, si no que buscamos que el gobierno definitivamente escuche a los trabajadores, que el gobierno sepa que son los trabajadores los que mueven el país, que son los que eligen a los políticos. Porque en este momento ha habido un desprecio absoluto por los trabajadores. Por ejemplo, te puedo hablar del sector público, donde se habla de la modernidad, y los trabajadores del sector público no han tenido absolutamente ninguna participación en esto.-
Otro ejemplo de que las cosas del país se están haciendo a espaldas de los trabajadores, según Enrique Aravena, fue con el caso de la propuesta de crear un Seguro de Desempleo. “La CUT no ha planteado legislar al respecto. Lo que pasa es que los empresarios piden mayor flexibilidad de códigos laborales, y ese proyecto vendría siendo un compromiso de hecho entre la CUT y el gobierno para acceder a las peticiones de la patronal”.


Seguridad Social:“El rayado de la cancha está hecho para los capitalistas”

Con respecto a la asociación de Chile al Mercosur, los voceros de la CAT plantearon que es una negociación que se ha hecho con mucho hermetismo, pues está pensada para favorecer a los grupos económicos, y que conlleva, entre otras cosas, prácticamente la entrega de los puertos nacionales a los otros países. Este tema fue analizado en un evento que se realizó en Buenos Aires, a través de la CLAT. Aclararon que el movimiento de trabajadores humanistas cristianos es tremendamente partidario de la integración latinoamericana, pero siempre y cuando implique a los pueblos, más que a los poderes empresariales. Por ello, piensan que la incorporación a los Tratados de Libre Comercio debe hacerse lo más lentamente posible, y aprovechar las instancias de comunicación para crear y difundir la cultura de la Patria Grande.
En términos económicos, la CAT está por una Economía Social, entendida como la promoción de movimientos solidarios, cooperativos y mutuales eficientes. Piensan que la modernidad y el progreso no siempre son buenos, si es que no tienen criterios humanistas y racionales; consideran que la ecología es una disciplina que debe ser interiorizada por el movimiento laboral. Aseguran que con una economía social y ecológica, la humanidad podría evitar la gran cantidad de violencia y catástrofes que la sacuden periódicamente.
Están preocupados por la falta de una banca apropiada para la microempresa. También por capacitar a los trabajadores que están en procesos de reconversión laboral: “Estamos realizando talleres de cuero y calzado, soldadura, etc., para que los antiguos trabajadores dependientes pasen a desempeñarse por cuenta propia”, contó Aravena.
Además, cuentan con un proyecto para que las asociaciones de profesores sean sostenedores de liceos. Con ello, se podrán poner los locales a disposición de los trabajadores.
En cuanto a la Seguridad Social, a la administración de los fondos previsionales, los representantes de la CAT son enfáticos: “El rayado de la cancha está hecho para los capitalistas. Los que aportan capital son los únicos que no están participando. Las AFP e Isapres chicas y de bien social van a la quiebra. El manejo de fondos se está haciendo en el mercado especulativo. Las Isapres no son suficientes, y discriminan a mujeres y jóvenes”. Según su opinión, los fondos se deberían reinvertir en nuestro país, en capacitación, transferencia tecnológica, en hospitales, por ejemplo. Gladys dijo que debería ser un sistema tripartito, y con espacio para la mutualidad, y Enrique añadió que están analizando la sugerencia de llamar a todos los afiliados a la CAT a entrar en Fonasa.
“Los trabajadores están desorientados, atomizados y temerosos. Queremos capacitarlos para que se sientan personas”, afirmó Aravena. Explicó que la gente recibe diariamente un bombardeo de publicidad, y que la prensa está absolutamente manejada por los grupos económicos capitalistas. No obstante, observó que han logrado tener alguna cobertura en programas radiales regionales, como en Concepción.

(Publicada en La Hoja de la Economía Popular y de Solidaridad, Nº106, mayo-julio de 1996, páginas 1,2 y 3)