(Entrevista sin editar)
Yo creo que tiene que ver, el que no se haya profundizado en esa contradicción, entre las dos visiones teóricas, tiene que ver esa situación mía de crisis personal, la crisis que se nos venía encima. Yo estaba demasiado avocado a considerar que el grupo que apoyara este interesante proyecto, era gente magnífica; Buber habla de una élite. Toda sociedad en crisis produce una élite. Si aparece gente apoyando el proyecto de Chicauma en esa época, yo me sentía automáticamente calificando de elitista a ese grupo de personas, al margen de su origen socioeconómico o de su situación familiar, o qué se yo. Pero, evidentemente, estaba el conflicto latente ahí, y no fui capaz de resolverlo. Es posible que tenga que ver, ese ánimo de luchar, de combatir, el hecho de que la gente de
En el inicio
Esa es otra cosa curiosa. Como yo hace años que estoy tratando de convencer gente de que hay otra visión factible, cuando yo inicio todo este trabajo ser utopista, era poco menos que declararse imbécil, porque los otros eran los científicos. Un utopista era absolutamente un gallo tonto que reconoce que funciona al margen de la racionalidad, al margen de la historia. Es interesante el hecho como yo había colaborado con Clotario, con los trotskistas, con los no sé cuantos, yo tenía como costumbre no preguntarle nunca a la gente: "Oye, cuál es tu verdadero nombre". Esa es una razón de seguridad para mí. Además que es peligrosísimo que uno empiece a averiguar: "oye, dónde se reúnen ustedes, cuántos son ustedes". Cuando llega la gente de
Me parece que es más bien centralizado que democrático. Tengo la impresión. Gonzalo Toro tenía una visión trotskista neta. Los trotskistas en esa época se manejaban con la idea de que el proceso UP era dirigido por la burocracia, e iban rumbo al fracaso. Y que el pueblo cuando se diera cuenta que eso era un fracaso, el pueblo se iba a volcar masivamente al partido trotskista. Eso no ocurrió nunca en ninguna parte de la tierra. El fracaso del estalinismo se volcó al capitalismo monetarista a nivel mundial. El partido trotskista creo que subsiste en Londres y en Estados Unidos, y no han llegado a hacer jamás una revolución. Aquí en Chile entiendo que los más destacados trotskistas ya se murieron, quedan algunos otros que dicen que ya ni son marxistas siquiera. No se de ningún grupo de filiación trotskista en este momento en Chile. Gonzalo Toro se murió, lo mataron.
Lo que es valioso es lo que plantea Buber. El año 45 escribió el libro Caminos de Utopía, y plantea que estamos ya en una crisis que lo abarca todo, una crisis total, y el hecho de que la crisis se va a poner cada vez más honda. Buber no divisó la crisis ecológica, ni tampoco la sobrepoblación, los problemas que se han producido ahora último. Yo creo que los avances de la medicina están contribuyendo fenomenalmente a la explosión demográfica. Ahora hemos bajado los niveles de mortalidad infantil de manera extraordinaria, y estamos prolongando la vejez. El promedio de vida en Chile hace 50 años atrás, eran 50 años de edad, y ahora ya estamos en 60 o 70.
Para mí lo más interesante de todo, es que es factible que los seres humanos compartan en la forma más absoluta.
Yo tengo una prima judía. Sus hermanos se fueron para Israel.... Los nicas se demoraron diez años en aceptar el estalinismo. Los chilenos mucho antes los habríamos mandado al diablo. La idea era montar ese modelo de lo que debía ser, para que estuviera ya pronta, como dice Buber, para la hora plástica. Esa era la idea. Si los cabros de
Y la otra contradicción que ocurrió es que yo iba con una idea en barbecho. El tío Enrique nos metió una preocupación porque estábamos destruyendo la naturaleza. Mire como está aquí, mire el arbolito como están dejando secarse, mire como quemaron acá. Machacándonos, cada quince días el venía a Santiago -hermano de mi madre- fue tan importante eso, que mi hermano se convirtió en director de la sociedad de amigos del árbol, a los 17 o 18 años, a una edad en que los muchachos andan absolutamente en otra onda.
-Eso ya hace 50 años casi.
Fíjate que curioso, fue tan importante el tío ese que nos estaba machacando, que estábamos destruyendo la naturaleza, qué se yo, sin que la palabra ecología me parece que ni existía en esa época. Y yo pensé que la forma de corregir los daños que estábamos haciendo, que me mencionaba el tío Enrique, era la revolución.
Mostraron cultivos con un tractor; falso, no logramos cultivar nunca. Nos entregaron las semillas, pero no nos dieron como arar, y costaba 18 millones de pesos arar
Alex, no sé para qué lo mandaron para el campo. Llegó por ahí en febrero o marzo, yo no lo conocía, no pedí que fuera para allá, no sé a qué llegó. Tenía una facha muy desagradable. No me acuerdo haberlo visto trabajando. No iba a nada concreto. No fue jamás jefe del fundo y terminé echándolo.
Nunca se dio clases dentro del propio fundo. Lo que hice yo fue matricular a los niños, después de que les compramos ropa. A los campesinos de Chicauma les da estatus venirse a Santiago. Chicauma es visto como un campo muy pobre, entonces, el gallo que se viene a Santiago adquiere un estatus muy especial. Y como andaba metido entre revolucionarios, más estatus todavía, en relación a los campesinos que estaban metidos allá entre los cerros. Ese fue el inicio del asunto.
Hay una entrevista en la revista Apsi, o no sé como se llama, en que me dedicaron cuatro páginas y no se menciona para nada el fenómeno comunitario, cuando eso era lo más interesante que había ahí.
Es fundamental llegar al campo con un hombre nacido ahí; si llegan puros extraños no te reciben. Pero si llegas con uno que nació allí, y que es primo del dueño de casa, todos los demás son bienvenidos. Es así el campesino chileno. El campesino chileno es terriblemente receloso. Pero si tú llegas con una persona que es pariente de ellos, que los conocen, te abren las puertas y te tienden sus brazos. Eso nos permitió establecer un nexo excelente de confianza con la gente del campo.
Los campesinos quedaron con una foto hermosa; el único que no está ahí soy yo, porque...
La foto esa es interesantísima, porque hay un montón de gente que son todos campesinos chilenos típicos; esa era la comunidad.
Chicauma puede abastecerse de luz gratis con estos aeromotores, papalotes, molinos de viento.
Ese asunto que yo te contaba que una escuela universitaria decidió hacer su práctica dentro del fundo prefiero no mencionarlo
Me parece interesante que nos consiguiéramos los documentos que deben estar archivados ahí sobre Chicauma. Tiene que estar el documento de la toma del fundo, la declaración de la toma, tiene que estar el decreto en que se aprueba la inclusión de Chicauma dentro del proceso de reforma agraria, los contratos de la gente, y deben estar datos sobre los dineros que pagó el Estado como sueldo, porque daban diez mil pesos por mes a cada campesino, o a la semana, no estoy seguro.
A los grupos revolucionarios les interesa tener presencia en los sindicatos, en las minas, en el campo, en las industrias, en las poblaciones. Es casi algo como una competencia. A un grupo le da estatus tener un fundo, hacer trabajo en un fundo.
En síntesis, yo estaba en una situación personal tan de crisis -crisis personal mía- y era tan gorda la crisis que se veía venir, que yo creo que pocas veces he hablado con más fuerza, con más obligación de convencer; los convencí. Les conté toda la historia de los kibutz, de cómo es factible vivir en forma comunitaria.
El padre de él había sido expulsado del PC junto con los reinosistas, con otro grupo de gente que entró en conflicto con la dirección. Comunistas de toda la vida.
La objeción que nació era de tipo político, porque se enteraron que estábamos metidos vopistas, y teníamos como proyecto echar a andar un kibutz. Eso, absolutamente, no lo aceptaron. Y se las arreglaron, para que jamás fuera mencionado, que eso era en realidad una experiencia comunitaria. Trabajábamos en comunidad; el dinero se juntaba en una caja de zapatos, y estaba metida debajo de una cama, y nadie robó... fantástico, en Chile eso es increible. De ahí salió dinero para comprar ropa a los niños chicos; después los matriculamos, les compramos libros.
Parece ser que, incluso, antes de la muerte de Pérez Zujovic, a Ronald le habían ofrecido la posibilidad de que todos los vopistas se fueran para el extranjero, nos daban dólares y visas, pero Ronald no aceptó -no estoy seguro si eso ocurrió antes o despué de la muerte de Pérez Zujovic- se negó a que nos fuéramos.
Y la profesora de los niños, en Lampa, es una persona que podemos ir a visitar, porque es pariente de este ciudadano (Moreira), por casualidad. Es pura casualidad, además, que el juez de Lampa es mi amigo personal. Villarroel de Lampa es "mi hermano", me decía, y los dos teníamos un auto Ford 29, de esos cacharros antiguos. El era el juez de Lampa y yo era el tomador del fundo Chicauma.
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